31 de Diciembre o Primero de Enero
Siento la tensión.
Los brazos dormidos quiebran en movimientos paliduchos, fuerza blanduzca,
desmayan mi cabeza. El alcohol me pone
eufórico, flácido, tosco, irreprimible, Pantagruel, inservible.
Melinda luce se luce ilumina todas sus esquinas se perfuman brillan
su histeria explota por todos lados
brazos de
todos los hombres del barco.
Y yo quiero ser
el hombre que abrace a Melinda.
Ella es tan linda...
Mis dedos se agarran en rudo a la baranda.
Intento una bocanada de aire de mar
que me hidrate, que me deje
descansar.
Oigo la voz de Marcos...
"¿Es necesaria tanta luz en el cielo, tantos fuegos de artificio, tanto alboroto? La cúpula negra ya es hermosa por sí misma y además, no entiendo por qué festejar todos los años la llegada del año nuevo. Es como si siempre estuviéramos esperando algo mejor, como si nunca estuviéramos satisfechos, ¡todos los años queremos otro año más!"
Oxidado, parpadeante y sincero. Me siento en el piso. No me gusta mi
cabeza.
Debería beber agua.
Siento la brisa marina que me acaricia la
cara. Me gusta.
No hay muchas mujeres en este viaje.
Me molesta el reloj pulsera.
Esperaré un rato a estar mejor.
Y para comenzar como nunca nunca nunca nunca
nunca
el año nuevo,
esta noche tendré sexo con Melinda.
¿Y qué hora es ahora?